¿Con qué rapidez puede la TENS proporcionar una analgesia rápida para el dolor agudo?

La neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS) se basa en los principios de modulación del dolor mediante mecanismos periféricos y centrales. Al administrar impulsos eléctricos de bajo voltaje mediante electrodos colocados sobre la piel, la TENS activa las fibras A-beta mielinizadas de gran tamaño, que inhiben la transmisión de señales nociceptivas a través del asta dorsal de la médula espinal, un fenómeno descrito por la teoría de la puerta de control.

Además, la TENS puede inducir la liberación de opioides endógenos, como endorfinas y encefalinas, que atenúan aún más la percepción del dolor al unirse a los receptores opioides en los sistemas nerviosos central y periférico. Los efectos analgésicos inmediatos pueden manifestarse entre 10 y 30 minutos después del inicio de la estimulación.

Cuantitativamente, los ensayos clínicos han demostrado que la TENS puede producir una reducción estadísticamente significativa en las puntuaciones de la EVA, típicamente entre 4 y 6 puntos, aunque las variaciones dependen del umbral de dolor individual, la afección específica del dolor tratada, la colocación de los electrodos y los parámetros de estimulación (p. ej., frecuencia e intensidad). Algunos estudios sugieren que las frecuencias más altas (p. ej., 80-100 Hz) pueden ser más efectivas para el tratamiento del dolor agudo, mientras que las frecuencias más bajas (p. ej., 1-10 Hz) pueden proporcionar efectos más duraderos.

En general, la TENS representa una terapia complementaria no invasiva en el tratamiento del dolor agudo, que ofrece una relación beneficio-riesgo favorable y minimiza la dependencia de intervenciones farmacológicas.


Hora de publicación: 07-abr-2025